Primero
definamos lo que es ciencia: La ciencia es el conjunto de conocimientos que se
organizan de forma sistemática obtenidos a partir de la observación,
experimentación y razonamiento dentro de áreas específicas. Es por medio de
esta acumulación de conocimientos que se generan hipótesis, cuestionamientos,
esquemas, leyes y principios.
La
ciencia se encuentra regida por determinados métodos que comprenden una serie
de normas y pasos. Gracias a un riguroso y estricto uso de éstos métodos, son
validados los razonamientos que se desprenden de los procesos de investigación,
dando rigor científico a las conclusiones obtenidas. Es por esto que las
conclusiones derivadas de la observación y experimentación científica son verificables
y objetivas.
En clase la definimos sencillamante como: conocimiento verdadero y
comprobable, que nos sirve o ayuda para vivir mejor.
El
conocimiento puede ser de varios tipos. Saber dónde queda la tienda más cerca
de tu casa es conocimiento empírico. Un remedio de hierbas para la tos es
conocimiento tradicional. Hay quien habla incluso de que algún ser divino te
puede revelar saber. Pero a la hora de distinguir aquello que es verdadero sin
importar las circunstancias o creencias de cada quien, hay un tipo de conocimiento
especial: el conocimiento científico.
Pero
¿Qué tiene de especial la ciencia? Tal y como la conocemos ahora, la ciencia no
ha existido desde siempre. Aunque en la antigüedad Aristóteles e Hipatia ya
hacían investigaciones sobre el mundo natural, es en la Edad Media cuando
Alhazén y Roger Bacon proponen que, para lograr un conocimiento veraz, hay que
basarse en la evidencia, no en libros antiguos. En el Renacimiento, Galileo
tuvo muchos problemas porque las afirmaciones que hacía, basadas en la observación
y las matemáticas, contradecían las creencias imperantes. El método científico
se vuelve importante en el siglo XVII gracias a gente como el gran Isaac Newton (por cierto, en esa
época no se llamaban científicos, sino “filósofos naturales”. El término “científico”
se empezó a usar hasta el siglo XIX).
¿Qué hace a la ciencia tan especial? Pues que
se basa en un método que tiene como fundamento por un lado la observación
empírica (es decir, aquello que se puede ver, tocar, pesar, medir o probar), y
por otro que propone explicaciones basadas en el razonamiento lógico. Además,
la ciencia es universal: un experimento hecho en Brasil dará los mismos
resultados en Suiza si se hace en las misma condiciones, lo que permite
observar regularidades e incluso formular teorías (explicaciones) y hasta
descubrir leyes de la naturaleza.
Otra
característica que distingue a la ciencia es que se corrige a sí misma. Nunca
llega a verdades definitivas, sino provisionales. Un científico honesto no dirá
“esto es una verdad absoluta”, sino “esto es verdad hasta donde sabemos”,
porque es posible que en el futuro surja evidencia que enriquezca o cuestione
el conocimiento actual.
La
ciencia no es siempre neutral: es creada por humanos como parte de una cultura
y una estructura social, y estas se modifican mutuamente. Hay quienes han usado
la ciencia como excusa para justificar el racismo o la explotación, o como
fuente de tecnologías que pueden dañar a la humanidad. Pero también ha servido
para mejorar nuestra salud, la comunicación y sobre todo para enriquecer de
manera espectacular y sobrecogedora nuestra conciencia acerca de nosotros
mismos y del Cosmos del que formamos parte.
Es
por estas capacidades impresionantes que podríamos pensar que la ciencia le
corresponde sólo a algunos seres especiales. Cuando no los vemos como locos
capaces de destruir el mundo, pensamos en los científicos como en personas
extraordinarias, algo así como sacerdotes que “bajan el conocimiento” de ese
mundo insólito en el que viven.
Nosotros
creemos que no es así, que el pensamiento científico está al alcance de todos,
siempre y cuando cultivemos tres actitudes:
·
Escepticismo.
Esto significa dudar. No creer que algo es verdad sólo porque lo afirma una
persona importante, o está escrito en un libro famoso, o porque tiene palabras
rimbombantes. ¡Duda incluso de nuestros videos!
·
Apertura.
La capacidad de admitir evidencias nuevas, aunque estas vayan en contra de lo
que creíamos cierto. Aceptar que lo que sabemos es parcial y que podemos estar
equivocados.
·
Y
la más importante, curiosidad. Seguir preguntándonos el “porqué” de las cosas
todo el tiempo. Cultivar el sentido del asombro y la maravilla, porque nuestro
universo es asombroso y maravilloso.
Entonces
la ciencia no es un conocimiento lejano y extraño, sino una actividad que tú
puedes practicar. Lo haces cuando te preguntas algo y te respondes
experimentando, observando, pensando explicaciones con lógica y… terminando con
más preguntas. ¡Curiosamente!
¿Qué hace a la ciencia y al
conocimiento científico una mejor manera de explicar todo lo que nos rodea?
Observa el video y elabora un
mapa mental que muestre las características de la ciencia:
Envía una fotografía de tu mapa
mental a través de Google Classroom o por correo electrónico.
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